Daniel Johnston

Erigieron una estatua en torno a su pasión

Lo llenaron de flores y afeites.

De colores,

le adornaron el pelo con guirnaldas

y piedras

de colores

todas ellas orgullosas más que la otra

de su postura.

--

Asignaron un delegado de bienestar

que le brindaba cobijo y drogas.

Papeles viejos y nuevos se

congregaban sobre su cama.

El juntaba perros, gatos y ratones

a ver si estos entendían,

los baladros secretos

que escurrían

por aquel dintel

de metal

--

Drogas,

Drogas duras

Drogas blandas

Drogas laxas.

No cabía ya en su pecho

y el pueblo lo notaba

tiritaba como San Juan de la Cruz.,

al eco de cada embate,

de los dedos, sobre aquel animal

de madera.

--

Por fin es el tiempo

de lucrar

con nuestras locuras.

Querido amigo.

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